La denominación 3.0 es fruto de una larga cadena de evoluciones. Todo comenzó con el término 1.0 donde los usuarios únicamente consumían información de Internet como rasgo distintivo. Con la aparición de la era 2.0 se las personas pudieron realizar más funciones, como tener espacios propios en la red, crear y participar en blogs, estudiar por medio de la web (E-Learning), compartir fotos, archivos, videos, música, generar y modificar información junto con otros usuarios, y participar en las redes sociales. Por estos días, se habla de una época 3.0 donde la Web se transformó en una gran base de datos donde cualquier persona puede acceder a sus contenidos desde múltiples aplicaciones.

Focalizándonos en materia laboral, esta nueva modalidad conlleva cambios en la forma tradicional de concebir al trabajo, pues desde esta nueva metodología se pueden contratar trabajadores de y en cualquier parte del mundo, prescindiendo de asistir a una oficina ya que pueden hacer su trabajo con cualquier herramienta tecnológica o dispositivo, siempre conectado a la Web.

Tanto empresa como trabajadores tienen varios motivos para optar por esta modalidad. Por un lado, las organizaciones optimizan costos de alquiler e instalaciones de oficinas y se mejora la productividad. Asimismo se plantean el poder contratar online a profesionales eficientes de acuerdo a sus competencias laborales sin limitación geográfica, pues consideran que el potencial de un trabajador online es igual de bueno que el potencial de alguien local.

Por otro lado, los trabajadores pueden compatibilizar su trabajo con su vida personal, se ponen en contacto con mayor cantidad de empresas a nivel mundial y se facilita su tarea.

Los especialistas señalan que el cambio llegó para quedarse. Sobre todo porque este nuevo paradigma ha sido impulsado por la Generación Y (trabajadores nacidos a partir de la década de los `80) y determinado en parte por las crisis económicas mundiales. Profesionales y empresas han tenido que reinventarse, creando nuevas formas de trabajo.

Esta evolución del trabajo se vio unida a su vez a la revolución social, la cual ha impactado de manera directa sobre el mercado laboral. Esta fórmula está mediada por los grandes avances tecnológicos, la proliferación de redes sociales, la necesidad de intercomunicación y el aumento de los emprendimientos personales.

Ventajas de esta modalidad:

• En base a las propias aptitudes personales y en función a la productividad se pueden acceder a varios trabajos simultáneos.
• Desaparecen las fronteras geográficas.
• El trabajador 3.0 puede organizar sus tiempos, trabajando por objetivos.
• Puede balancear su vida personal con su vida profesional.

Se debe tener en cuenta que para poder ejecutar este tipo de trabajo se necesita gran autodisciplina, capacidad de organización y por sobre todo, los conocimientos informáticos.

Claves para poder desarrollar un trabajo 3.0:

• Identificar las tareas solicitadas y cuáles se pueden ofrecer de acuerdo al propio perfil laboral.
• Armar un plan de acción para obtener un trabajo de este tipo.
• Capacitarse en las herramientas tecnológicas necesarias.
• Habituarse a la idea de vender sus propios servicios.
• Convertirse en un experto en un tema concreto.

El trabajo 3.0 en números:

• En el mundo hay casi 53 millones de trabajadores 3.0
• Se estima que para el 2017, el 54% de la fuerza de trabajo será de acuerdo a esta modalidad.
• En Alemania y Francia del 30%
• En España la tasa de trabajo 3.0 es de 13%
• En Argentina, el 21% de las empresas contrató trabajadores 3.0
• El 37% de las empresas mundiales eligió contratar profesionales argentinos 3.0