Los comienzos de un nuevo trabajo siempre rebozan de alegría y entusiasmo. Pero a medida que la rutina y la cotidianeidad comienzan a avanzar, los empleados van mostrando signos de desmotivación. Esto puede dar lugar a la perdida de interés por las tareas y bajo rendimiento, repercutiendo en la vida laboral y personal.

Es importante que los trabajadores puedan encontrar su punto de motivación laboral para que puedan desempeñar su puesto con idoneidad, pero especialmente que puedan convertir conflictos y episodios adversos en verdaderas oportunidades.

Para poder estar alineados a objetivos personales y organizacionales, lograr éxito en nuestras tareas y hacer nuestro trabajo con responsabilidad es necesario lograr motivación. Por ello analizamos una serie de estrategias:

  • Fijar metas a corto y largo plazo e ir renovándolas: Establecer objetivos laborales es importante para delimitar los plazos de acción e ir tras ellos elaborando un plan. A medida que cada meta se concreta la motivación aumenta.
  • Ser activo: Esforzarse para lograr una meta y salir a buscarla es parte fundamental de lograr la motivación laboral usando todos los recursos personales que estén a nuestro alcance.
  • Aportar ideas propias a los proyectos de la empresa: Cuando la tarea desempeñada no coincide con las expectativas personales o con los intereses reales suele generar desmotivación. Por ello realizar aportes, proponer actividades, formas de realizar tareas o simplemente participando activamente no solo es una fuente para lograr satisfacción de un trabajo sino que es bien visto por las empresas.
  • Revisar aquello que genera desmotivación: Evaluar las causas de aquello que no nos produce tanto placer laboral es el primer paso para poder revertirlo. Sean cuales fueran, reconocerlas permitirá la posibilidad de cambio.
  • Disfrutar el trabajo, no importa cuál fuere: Es primordial estar en constante movimiento, aspirando siempre a más, superándose día a día. Lo mismo sucede con las tareas cotidianas, buscando constantemente el confort y la comodidad. Cuando uno disfruta el trabajo encuentra el punto de motivación necesario para llevar su jornada adelante, buscando también las maneras de superarse cada día.
  • Tener un tiempo para “desconectarse”: Después de cada jornada laboral es necesaria una pausa mental para poder retomar fuerzas y retornar al trabajo con las energías renovadas. Se pueden optar por actividades recreativas que no impliquen temáticas laborales, salidas con amigos, de esparcimiento, familiares y todas aquellas que sirvan como “cable a tierra”.
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